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Parece una pregunta común, más eventual de lo esperado. La razón es que, cuando se termina una relación, a veces, no acaba del todo.

La curiosidad puede llevar a investigar a la otra persona, intentar un contacto, alguna llamada o mensaje, solo para hacerle saber que se está ahí o que el otro aún piensa en la expareja.

¿Seguir o no, estar juntos o separados?; no son novios, ¿pero se besan? Nada de ello parece dar claridad a lo que sucede. Si la relación terminó, pregúntese qué ocurrió para ello. Si fue por infidelidad, por violencia o porque no se entendían.

No olvidar el camino que los llevó a esa decisión, puede ser lo que le auxilie a definirse en ese rompimiento.

Es posible que sea solo un tiempo en la relación, pero eso no significa seguir como pareja. Es decir, puede ser que se arregle el conflicto de separación y regresen, sin embargo, durante ese “tiempo fuera”, ambos tienen libertad de elegir, probar con alguien más.

Ahora bien, quedar de inmediato como amigos de la expareja, será una opción, ¿pero está usted preparado para serlo? Si la respuesta es “sí”, su responsabilidad sería aceptar escuchar temas que no le gusten, confundirse con su trato, seguir esperanzado a que puedan volver... Intentar ser amigo de la expareja no es conveniente al final de cuentas.

Algo similar sucede cuando se quiere saber de la expareja. ¿Conocer esa información le podría auxiliar en el duelo o confundirle más? ¿Es necesario hacer ese perfil falso para saber con quién está, o sería mejor analizar las razones que llevaron a terminar?

Toda relación que acaba es dolorosa, pero superar la separación es un proceso que conlleva responsabilidades. Esa etapa puede ser con la ayuda de un terapeuta.

Puede recibir la ayuda psicológica gratuita, llame al 800 911 32 32.